¿Cual es el origen de las velas?


Por Vero de Petit Lavande Candle Store                                         

Hoy día las usamos como decoración o mindfulness. De colores, blancas, en todas sus formas y presentaciones. De soya, parafina o abeja. Pero…

¿Cuándo y por qué comenzaron a usarse?:

Desde los orígenes el hombre necesito de luz artificial. Así fue como descubrió que si colocaba una precaria trenza de pelos en una especie de candil junto con grasa animal, ésta ardía y podía iluminar su morada durante las noches.

Sin saberlo, se dio origen a uno de los elementos por excelencia, indispensable 100% en la antigüedad hasta la aparición de la iluminación eléctrica de la mano de Tomas Edison en 1879.

Sinceramente, nunca me puse a pensar en lo indispensable de las velas en la antigüedad y en la Edad Media: iluminando hogares, los caminos de los viajeros o ceremonias religiosas. Tan acostumbrados y automatizados estamos, que no reparamos en que si hoy día nos quedamos sin luz, ¡siempre te salva la bendita vela!

Pero volvamos a lo nuestro:

La evolución en el uso de las velas:

Claro que a medida que avanzaban los siglos la técnica súper rústica del hombre Cromagnon se fue modificando. Los egipcios las fabricaban con ramas embarradas o papiros y con sebo de cordero o bueyes: iluminaban casas, templos y lugares públicos con éstas lámparas de barro: el único problema al que se enfrentaban era el olor desagradable que desprendía.

Hasta que en la edad media, comenzó a emplearse el sebo y la cera de abeja. Y el gran problema fue su poca duración: consumían alrededor de 50 kgrs de cera al mes, y además el pabilo no era autoconsumo… por lo que debían estar atentos a que la vela no se apague (recordemos que no había fósforos: si la llama de una habitación o estancia se apagaba, debían ir hasta el fogón en la cocina. Y si se apagaba el fogón… “Ojalá... me lleve.. el diablo…”).

En el siglo XVIII comenzó a usarse una cera proveniente de China, blanca y mucho más rendidora. Las clases más adineradas usaban velas de cera con aroma a laurel, importadas desde EEUU.

¿Y qué pasó en el siglo XIX?

¡Finalmente apareció el gas y la iluminación eléctrica! Y las velas fueron destinadas a iglesias y festejos puntuales. Comenzaba la retirada… 

Ya con el descubrimiento de la parafina  se comercializaron como elementos decorativos debido a su gran durabilidad y ductilidad para adquirir distintas formas y colores. Comienza la masividad.

En 1990 se inicia una mini revolución: la experimentación con distintos tipos de ceras  como palma, soya o lino. La necesidad de probar otras alternativas ecológicas y sustentables había partido, a la vez de su uso para bienestar personal de la mano de la aromaterapia y las propiedades curativas de las plantas.

Pero éste último dato es para ahondar en otro capítulo del blog!

Conocías ésta info? ¿Habías pensado sobre lo indispensable que fueron en la antigüedad? 

Solo agradecer la posibilidad de estar en ésta era y poder disfrutar de ellas desde otro lugar:  compañeras silenciosas en nuestros hogares, estrellas indiscutidas en los cumpleaños,  y receptoras de nuestros deseos e intenciones.